RESEÑA: "El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas"

Título: El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas | Autor: Haruki Murakami | Traducción de Lourdes Porta Fuentes | Editorial: Tusquets| Precio: 21 € | Páginas: 488 |

Haruki Murakami. Es un nombre que no sé si para bien o para mal, se va a repetir mucho en este blog. Es uno de mis escritores de cabecera y devoro sus libros uno tras otro,  sin pausa. Empecé con Tokio Blues, seguí con Kafka en la orilla y el último que he acabado ha sido El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas. El estilo de Murakami es un estilo bastante característico y que no deja indiferente a nadie. Y “El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas” es un gran ejemplo de la esencia del escritor japonés.

La historia gira en torno a una estructura que también utilizó en Kafka en la orilla, dos historias que, aunque parecen inconexas, se van uniendo y se cruzan en el infinito. En la primera historia, nos situamos en un Tokio que hoy en día nos resulta bastante próximo y aceptable, pero que cuando fue descrito (1985) resultaba futurista. La ciudad está sumida en una guerra invisible de información entre dos grandes empresas que lo controlan todo. Se supone que nos encontramos ante los buenos y los malos, pero en realidad estamos frente a los malos y no tan malos. En sus entrañas encontramos un mundo oscuro, aterrador y dominado por unas extrañas criaturas, los tinieblos. En el otro escenario, “El fin del mundo”, nos encontramos encerrados en una ciudad mágica y eterna detenida en el tiempo. Es un lugar utópico, rodeado por una muralla inquietante, unos unicornios que cambian de pelaje según la estación del año y unos habitantes sin egos ni corazón (sin emociones ni recuerdos, sin sombra ni muerte). Todos los protagonistas y los personajes de ambas historias, carecen de nombre propio, son denominados por la función que ejercen. A pesar de ello, el lector tiene claro en todo momento quien es el interlocutor.

En la literatura de Murakami no hay fronteras entre lo real y lo soñado, lo consciente y el inconsciente, la melancolía y lo inverosímil. No me gusta catalogar “El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas” de ciencia-ficción, aunque no se puede negar que sus letras están teñidas de surrealismo. Murakami trata la ficción de una forma natural, que te hace aceptarla de manera real, como si fuera algo normal y corriente. La mezcla de los elementos cotidianos en un mundo totalmente anormal resultaría extraña en cualquier otro escritor, pero el japonés sabe hilarlos de forma magistral.

Hay elementos claves en la literatura del nipón que se repiten  y nos hacen sentirnos cómodos dentro de su mundo. Las bibliotecas, el jazz, la literatura, los bosques, el frío y la nostalgia. El lirismo en los encuentros entre el narrador y las diferentes mujeres de las dos historias, las conversaciones quedas y reflexivas junto a ventanas lluviosas, la naturalidad y la languidez del sexo se describen de una forma desgarradora que no deja indiferente. Las últimas 100 páginas me parecen increíbles. Sus descripciones, aunque en las últimas páginas pueden resultar algo pesadas, ya que deseas con ansías saber el final, hacen que te recrees mejor en los escenarios y en los pequeños detalles. A pesar de que muchos críticos profesionales y no tan profesionales comentan la simpleza de sus obras, Murakami esconde alrededor de toda su obra multitud de guiños culturales y metáforas sorprendentemente profundas. Sin comentar que las tramas tienen una complejidad brutal.

Un libro interesante, con temáticas relativas a la mente bastante “thought-provoking”. Muchas referencias a buena música y literatura. Se agradece disfrutar de la literatura de alguien que escribe por puro placer.

PUNTUACIÓN: 9,5

1 comentarios:

Anónimo dijo...

pero cuales son los personajes?

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